jueves, 14 de marzo de 2013
DISCURSO DE LOS AUQUIS Y LOS HUAMANIS
“HA MUERTO UN LÍDER EN AMÉRICA "
YO NO ESTOY TAN SEGURO.
Muchos pasaron por la historia como lideres salvadores de su nación, desde napoleón, Lenin, Hitler, se embaucaron en guerras y confrontación de clases sociales; hasta hoy los hombres o los lideres, no han superado el apetito de gobernar con sometimiento, se baraja el destino de los pueblos con la democracia convenida, sabiendo que existe en el pueblo, castas sociales que defienden su estatus con demasía, esto habrá que entenderlo con sabia meditación.
La dictadura no da, la democracia es servil, "esto no es justo", estos cánones han parido la peor enfermedad de los siglos. No esperemos un salvador de la patria, esperemos a un Abraham con patilla blanca que va ennegreciendo poco a poco; es decir, busquemos hombres lideres que puedan fundar una nueva doctrina gobernativa "de reciprocidad y de convivencia"; así como lo hicieron nuestros ancestros los Incas.
II
Si volviera a vivir Jesucristo en nuestros tiempos, viera la obra de sus apóstoles, viera a la cruz encadenada, mientras la ley es la lanza que perforó su corazón en la cruz, y no la espada de la Justicia. “Ciego sería en la orfandad de este mundo” para no ver la calamidad del reino de los hombres.
Los tribunos en el foro tienen dos lenguas cuyos dientes muerde a la palabra para ser tísica, y en las plazas de los pueblos discorcentes pululan con asares de salvación, y el cáliz se ha corroído por que no es de oro.
Se hurta la riqueza de los pueblos, y el ladrón se seba en lo profano de su palacio, se dice del crecimiento económico, “cual crecimiento”; mas crese la pobreza.
Yo quisiera escribir la memoria del destino, en cuál de los vectores existe la verdad, talvez la razón exista todavía.
III
Embriagado ingresé a la iglesia de los santos, contagié mi mal con el clamor de la serpiente, y condené la fatiga del inocente.
Los niños no tienen salvación, porque medusa viene en su encuentro para ungir en su pináculo con azufre y odio.
En la playa del sur está el antro de Calígula, donde se bebe yel y el elixir de mandrágora.
IV
Se mata al buey en la arena
El criminal anda suelto.
En este albur de sangre y arena
Las bestias de las butacas de la plaza
Celebran la faena de la muerte del animal.
El buey aun permanece
Ofreciendo talvez su corazón a los buitres que claman su muerte.
Dios goza con la agonía del buey
Que tribuno, que juez condenó a esta desgracia
Sí el buey fue el arador de la tierra
En cada pisada de sus patas
Nace la hierba bendita
Me siento cómplice de este martirio
No puedo vivir en paz, la mortaja me persigue
Miro a los ojos de buey
Es tan oscuro como el firmamento
Es tan negra la conciencia del hombre, como su propia ignorancia
Matar para recibir el escapulario
En gozo célebre es clamando por el mundo
El buey muerto, o herido
Sigue arando la tierra
Para el alimento de los que vendrán.
HUAMAN POMA II
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