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miércoles, 18 de enero de 2012

Las Profecías del Ultimo Inqa

I Habrá tormenta de fuego en la alameda la muerte trotará como caballos del Apocalipsis el cadáver del hombre yacerá entre el musgo de arena y azufre. Al día siguiente después de la noche el lamento y la amargura reinará. Al grito del niño al quejido del anciano la tierra parirá un buen mestizo. Su destino será seguir bramando en la arena. La sangre púrpura seguirá regando la tierra Después de todo Dios nacerá al caer la corona del rey. III Te dije estarías conmigo sin embargo, te mueres crucificado por el llanto Yo se que te duelen tus talones estas cansado. Yo tengo esperanzas de ti saldrás del mismo fango como batracio caminarás por el borde del abismo Pasará Saúl montado en su caballo no te sentirá Pasará una mujer de túnica rojo carmín te llevará al centro de la plaza danzará contigo el ritmo hereje del fuego Los rabinos jurarán por tu muerte te perseguirán Querrán cruzar sus espadas por tu corazón gentiles se levantarán por ti. IV Extraños seres llegaron barbados con ojos de fuego como centauros corrían con sus espadas diestros a quitarnos la vida. En poco tiempo se multiplicaron llegaron más, muchos más frailes con sotanas de misericordia en una mano lleva la bondad en la otra la muerte. Se aparearon aquí mismo nacieron príncipes criollos también nacieron mestizos maldiciendo su destino. La cruz llora la palabra se destiñe. Se escucha el lamento el grito de impotencia del nazareno todo es espanto y confusión. Echaron fuego a nuestros palacios Recibimos la muerte como bautizo de la nueva vida. Pocos escapamos del infierno Nos asentamos en las gélidas montañas levantamos nuestras casas piedra sobre piedra. Hicimos parir la tierra infértil Logramos la vida de la nada Sin embargoaún los centauros nos persiguen.

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