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viernes, 7 de noviembre de 2014

FRAGMENTO N° 2 DEL LIBRO “BATALLAS SIN RAZÓN EN LOS ANDES”



Ayacucho prenda del alma.
Porque pretendes que me vaya
Sin retorno me voy
Ayayay madrecita mía
Callecita de mis sufrimientos
No dejes que mi sangre
Se seque en tu suelo
Con mi sangre
Riégalo al trébol
Déjalo que fluya por los ríos
Ayayay campanita de Huamanga
Te encargo a mi madre
Cuidado que hagas llorar
Y si muero en mi confundida esperanza
Quellpuycuy mamaytaqa
Quellpuycuy mamaytaqa

En silencio todos los presentes escucharon cantar, entristecidos están, sorban el trago amargo para calmar el momento, aquel momento de decisiones, entre tanto, doña Ignacia se acercó a Edita y manifestó
Por qué cantas así hijita, acaso algo estas declarando?
Mamita, solamente estoy despidiéndome de todos ustedes, pronto partiré a Lima, contestó.
Hijita, no entristezcas a tu corazón, tampoco a los tuyos, yo sé de tus emociones, tu nombre siempre estará en el aural del cielo, repuso Ignacia.
Hay madre, tú no sabes nada de la vida de esta paria, si supieras, a mi cadáver aventarías a los perros, contestó.
De que te culpas hijita, ¿Qué te sucede?, interrogó,
Nada que valga la pena, contestó.
Algo desgraciado ciento en mi corazón, mejor no vayas a Lima, dijo Ignacia.
Tengo que ir, es el destino que me llama, manifestó
Aún es tiempo a que te desanimes, repuso.
No! , Pronto llegará el automóvil de mi esperanza, en ella me iré, hasta la entrada del túnel de lo desconocido, contestó Edita.
Si eso es tu decisión, yo estaré clamando al Qaerhuapazo por tu retorno, contestó.
Cuando los perros aúllen en los caminos, es porque estoy retornando, cuando las campanas de Huamanga doblen, estaré tocando tu puerta mamá Ignacia, manifestó.
Hijita, ya deja esta guitarra, vamos a que duermas tienes que levantarte a las cuatro de la mañana, dijo Ignacia y se fueron a dormir.
A las cuatro de la mañana se despertó, de un salto se levantó de la cama, en silencio caminó, entrando a la alcoba de mama Ignacia, con un beso en la frente la despertó, Ignacia rauda se levantó,
Hijita no te vayas, le dijo
Tengo que irme mamá Ignacia, contestó
Las dos mujeres se abrazaron en despedida profunda, ambas lloraron, hasta que Edita salió por el portal de la casa, estando en la calle, siguió llorando con rabia y pena, mientras también en la casa, lamentaba la partida de Edita, cómo detenerla, cómo cambiar el destino para qué esta alma no siga cabalgando en el potro de la muerte.

Huahuallay churillay
Huarmaraqmi canqui
Amaya causayniquita
Huañuyman quychu
Huaytaycuyraqya sisanycuyraqya
Ichapas sapiyqui
Huachanman qaton runata
Ichapas sapiyqui, huachanman
Allin runata
Musuq runata

Hijita mía
Aun eres joven
No entregues tu vida a la muerte
Florece todavía
De repente de tus raíces
Salgan hombres grandes
Hombres nuevos

Ignacia se quedó sola cantando, hasta que los gallos anuncian el esplendor de un nuevo día.
El bus Ayacucho Lima dejó atrás a la ciudad, Edita está sentada en el asiento, está callada y pensativa, allá en Lima  le esperan nuevos retos, retos que deberá llevar al éxito, eso es su propósito, tal vez la derrota le espera, pero ella sabe lo que tiene que hacer, no en vano se ha bautizado en mil combates, hasta ahora está invicta, no ha recibido rasguño alguno del puñal en las lías acaecidas. Llegando a Lima, alquiló un pequeño cuarto en Villa El Salvador, el cuarto es sólo para dormir, no existen evidencias en el recinto, su cuartel de combate está en la quebrada la tinaja camino a olleros. El camarada Pascual es su contacto, ellos no se conocen físicamente, Pascual trae las ordenes y los mensajes del partido, lo deja en la profundidad de la quebrada la tinaja, por las noches se entera y ejecuta sin miramientos, las ordenes tiene que cumplirlas aunque la muerte le sorprenda.
Edita prepara su manifiesto en la quebrada, ha tendido la mesa de las ofrendas, conversó con los auquis, entregó su alma a las montañas, las montañas saben el momento, momentos para la acción y su protección, en la oscuridad se puso a cantar el Ayataqui de sus ancestros.

Qaton yana qocha pacha
Chay sonqoyquipi tuytuycachihuay
Yahuartam sutuchisaq
Cay toqo llaqtapi
Toray toray
Caypaqchiqui huachahuaranqui
Caypaqchiqui causani
Toray toray

            Laguna negra del mundo
Déjame navegar en tu corazón
Voy a derramar sangre
En este pueblo obsceno
Para esto me has parido
Para esto vivo
Escuchen, escuchen

HUAMAN POMA II


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