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lunes, 24 de marzo de 2014

CUANDO LOS VIEJOS SE VA


Tengo de cercanía amigos y clientes  que pasan los sesenta años de edad, aquellos hombres chacareros que trabajaron y mantuvieron en abundancia a sus propiedades agrícolas, o simplemente son propietarios de potreros de pastizales para su ganado, estas actividades, era la economía del hombre del campo y aun siguen siendo con todas sus limitaciones; estas riquezas dio origen a una basta de ciudadanos inmigrantes que llegaron a radicar en las ciudades, fundamentalmente en la Capital.
Estas  gentes se volcaron en una nueva actividad económica  fabril, de servicios y profesionales destacados. Estos ciudadanos han entendido  su realidad urbana, gracias también al gran esfuerzo que realizaron sus padres agricultores; parece que son muy ingratos con sus orígenes, los viejos se van para no retornar jamás, sus propiedades quedan en total abandono y la soledad reina.
Las montañas parece que quisieran beber un trago amargo de tristeza. Cuando los padres oriundos del campo ofrecen a sus hijos las herencias  que por naturaleza debe suceder; los hijos contestan con ingratitudes, negando el legado de sus progenitores, aduciendo que las tierras ya no valen; por tanto estas tierras quedan en la orfandad para la apropiación de foráneos. Cuando sabemos que  en otros países los herederos los mantienen como recuerdo de sus padres, gozan de ellas como en huertos y casas de campo, así como los mejicanos y los norteamericanos.


HUAMAN POMA II

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